La
obesidad infantil se debe más al sedentarismo que a la dieta
Los
análisis de los niños gordos muestran niveles aceptables de
colesterol
EMILIO
DE BENITO
El
dato es claro y alarmante: un 27,5% de los niños españoles
tienen sobrepeso u obesidad.
Pero la causa no está clara. Es
posible que años cargando las culpas en los que comen
hayan
desviado la atención de la auténtica causa: la falta de
ejercicio. Al menos,
esa es la conclusión de varios grupos de
expertos, entre ellos los de la fundación Vida Activa
y su
Estudio Cuenca.
Para
distinguir entre uno de los dos posibles factores (comer mucho y
mal o moverse poco), los
investigadores se han fijado en un
elemento analítico clave: aunque los niños engordan, no
aumenta
su colesterol malo. "En una sociedad donde no empeoran los
niveles de colesterol en sangre,
pero está aumentando el
sobrepeso, parece que cualquier tipo de intervención contra la
obesidad infantil
debe centrarse en la actividad física",
afirma Vicente Martínez Vizcaíno, director del Centro de
Estudios Socio
Sanitarios (CESS) de la Universidad de Castilla-La
Mancha. Las cifras confirman esta tendencia.
La Encuesta Nacional
de Salud refleja que el 39% de los niños y el 68% de las niñas
no hace ejercicio.
En
la misma línea van los trabajos de Empar Lurbe, del Hospital
Universitario de Valencia. Esta investigadora, que está dentro
del Centro de Investigación Biomédica en red dedicado a Obesidad
y Nutrición (Ciberobn) afirma que "incluso en los colegios
con una dieta equilibrada" hay obesidad infantil, por lo que
"hay que dar más importancia al ejercicio".
Programa
ETIOBE
El
equipo de Lurbe, especialista en prevención de riesgo
cardiovascular, ha pasado de la idea a la práctica. Su grupo ha
desarrollado un programa, llamado ETIOBE (e-terapia inteligente
para la obesidad infantil), que cuida ambos aspectos: el ejercicio
y los hábitos nutricionales. En él se combinan juegos en los que
los niños aprenden a comer bien con otros en los que se les fijan
actividades físicas. Desde videojuegos que castigan la compra mal
hecha hasta recorridos o cosas que hacer en la calle para obligar
a moverse.
La
experta también señala que hay que, para evitar que los niños
se conviertan en obesos, hay que empezar la prevención lo antes
posible, "probablemente entre los 2 y 5 años". Porque
la experiencia muestra que a partir de los 110 u 11 años, es muy
difícil que el chico adelgace y vuelva a tener un aspecto
saludable, y eso es "muy frustrante".