El tema de la apariencia física, el cuidado del cuerpo, ocupa un lugar preponderante en la lista de preoupaciones. Los tratamientos para adelgazar se multiplican año tras año. Prácticamente ninguno termina de cumplir con sus promesas sin embargo, las personas necesitan seguir creyendo, convencidas de que necesitan adelgazar. Y rápido. Cómo aprendió tanta gente de toda edad a desesperarse con su cuerpo excedido de peso, y cómo aprendió que debe correr como zombie detrás de tratamientos para adelgazar sin medir los riesgos es otro interrogante con respuesta asegurada.

Como ya sabemos, la presión publicitaria dirige nuestras decisiones y elecciones; nos enseña a comer, beber, divertirnos, cuidarnos. Las estrategias subliminales en toda campaña publicitaria que aciertan en instalar en el espectador emociones ultravendedoras como el miedo, la envidia, la insatisfacción, el sentimiento de exclusión para influenciarlo negativamente en su autoestima y generarle ese ultravendedor estado de necesidad y urgencia  sin duda aciertan en sus objetivos de venta y consiguen elevar el consumo. No en vano se destinan cifras millonarias a las campañas publicitarias para luego facturar millones en la venta de los productos y servicios promocionados. Esto no sería motivo de protesta alguna. El problema surge ante los incrementos escalofriantes en índices como el de sobrepeso infantil, anorexia, obesidad y bulimia, a cualquier edad. 

La obesidad infantil, el drama de la familia de obesos, la bulímia, la sobrealimentación y su contrapartida, la anorexia son flagelos especialmente preocupantes para padres y educadores pues suelen iniciarse a edad escolar. Y se fijan con la rapidez del rayo. Se trata de desvíos de la conducta que nacen de deficiencias emocionales y de una valoración distorsionada de la propia persona.  Desde LoQueEngordaEsLaEmocion.com  proponemos estrategias y soluciones de probada eficacia para desterrar estas dificultades, corregir el auto-concepto trabajando sobre los mensajes directos y subliminales que afectan negativamente la imagen que se tiene de uno mismo. A diferencia de frases alentadoras aprendidas de memoria, el tratamiento realista y acertado a la autoestima ofrece repercusiones magníficas tanto en el cuerpo como en la mente.  LoQueEngordaEsLaEmocion.com ofrece entrenamiento gratuito y entrenamiento arancelado, libros, manuales, salas de meditación, bases teóricas y prácticas necesarias de incorporar para evitar y/o superar definitivamente el dilema del obeso desde un plano mental-emocional. En todos los casos, el entrenamiento impulsa hacia un clima interior relajado y productivo de manera que cada individuo consigue transitar su camino de transformación con la mejor disposición emocional y sin necesidad de recurrir al medicamento. 

USAR LA CABEZA PARA ADELGAZAR

Siguiendo nuestra línea de trabajo en Educación Emocional,  el servicio enfoca en la corrección del autoconcepto. Mediante tácticas mentales y estrategias conductuales diseñadas específicamente para resolver el problema de la obesidad y sobrepeso el programa ayuda a desarrollar el razonamiento crítico y a liberarse de las ataduras que impone el lenguaje publicitario. El programa resulta apoyatura inmejorable de guía y orientación para padres y educadores dado que la mayoría de las veces estos problemas nacen y son la consecuencia directa y esperable de patrones culturales. En la mayoría de los casos son los patrones culturales y el sistema de creencias que resulta disfuncional son los factores que necesitan ser revisados y modificados con urgencia.   Una vez corregidos, aparecen las mejoras en el comportamiento y el vínculo enfermizo con la comida regresa a la normalidad. En lugar de luchar contra los kilos demás, el regreso al peso normal a partir del tratamiento acertado a la emoción, resulta ser la consecuencia inevitable en un camino lejos de la tortura y del sacrificios y repleto de sorpresas y gratificaciones.  

El déficit de educación emocional es caldo de cultivo de múltiples complicaciones psico-físicas innecesarias, es responsable de una amplia gama de sufrimientos humanos que pueden evitarse.  

Riesgos de tomar la publicidad con liviandad

Frecuentemente, el sobrepeso corporal es fiel reflejo del sobrepeso emocional. La obesidad está directamente vinculada a emociones turbulentas y ellas suelen extenderse y desencadenar enfermedades acompañantes de fuerte compromiso psico-físico y que suponen limitaciones de consideración como lo es la diabetes, el colesterol alto, las fluctuaciones en la presión sanguínea, las deficiencias cardíacas. 

La obesidad es un "asunto mayor", un asunto "de peso pesado",  en la vida de muchas personas "; un factor de sobrecarga a la mente y al estado de salud emocional afectando negativamente el rendimiento general, el potencial creativo, afectivo y social. Sin embargo, existe una cierta predilección por tomar la obesidad con liviandad.  

La población mundial obesa registra un crecimiento vibrante.  
¿Quién es responsable de este fenómeno? ¿Cómo defenderse?

Si en la comunicación más elemental, uno más uno es igual a dos, en la publicidad no. En cuestiones de afecto y emociones, tampoco: uno más uno nunca es igual a dos. Para las personas que sienten en sus cuerpos una carga antipática, un motivo para ocultarse o avergonzarse, cualquier episodio inesperado de la vida cotidiana puede ser motivo de amargura o de pérdida del entusiasmo. Y la suma de dos emociones contrariantes da como resultado una negatividad a la máxima potencia.  Un chiste, una mirada burlona pueden ser demoledores al espíritu del obeso que encima, de un modo visible o solapado, por lo general se auto-segrega. Una incorrecta interpretación de estas expresiones mìnimas puede arruinarle el día, minar sus ilusiones. Encuentra en ello razones para desquitarse con la comida. Así se inicia un círculo vicioso con un final poco feliz.

1+1=2.000.000.000.000

LA OBESIDAD PONE EN RIESGO LA VIDA

LA PUBLICIDAD NO ES INOCENTE

La obesidad contamina el área de las expectativas y la vida social; limita la visión de futuro, no solamente amenaza la buena calidad de vida sino que literalmente puede llegar a acortar la vida.  

Entre varios factores que dan origen a la obesidad, la publicidad figura en las primeras filas. La obesidad es fuente de multimillonarias industrias en múltiples áreas cubriendo productos y servicios de belleza, de alimentos, de productos farmacéuticos, etc.  Así es que, mientras para muchos la obesidad es una maldición, para otros es una auténtica bendición. 

Trabajar en estas áreas no solo promete un gran negocio altamente redituable, sino uno de larga duración.  

Teniendo en cuenta que la preocupación por la apariencia física va creciendo, a medida que las soluciones se hacen más sofisticadas, este asunto parece imponerse como uno de máxima importancia. Un negocio rentable y de eterna vigencia.  Como la mayoría de negocios que se apoyan en la infelicidad humana, en las ansias de superarse el secreto de su éxito podría explicarse en la sistemática "inyección" de ideales humanos (--entanto ideales, desde luego, siempre inalcanzables--). Estos ideales, a menudo tan absurdos por imposibles como pretender transformar un perro San Bernardo en un Galgo Español, solo consiguen aumentar el grado de ansiedad, instalar la sensación de insatisfacción que son caldo de cultivo imprescindible para idear "soluciones" cada vez más sofisticadas y, sobre todo,  "rápidas". Esto, desde luego, tomando las cosas "a la ligera".  

Si ussted es padre o educador, querrá identificar al menos rudimentariamente,  las características, esos medios sutiles con los que las campañas publicitarias se devanan los sesos en su afàn de éxito (èxito  directamente vinculado con el nivel de sofisticaciòn, sutilieza y disimulo en el mensaje y la pseudo simpatía en la inyecciòn de creencias funcionales a su negocio) sin que medie en ellos la preocupaciòn por estar convirtiendose en ejes responsables del incremento de enfermedades serias como la obesidad, la anorexia y sus puntos intermedios, a saber:

1. El primero, el de la delgadez artificiosa---- esa delgadez que se mantiene a base de medicamentos y tratamientos (por lo general, costosos) y sostenido también por esas fuerzas emocionales efectivas para la venta como son las del miedo, la envidia, la competencia, la desesperaciòn, la tendencia a la auto-descalificaciòn, la no aceptaciòn de la propia persona. Y la emociòn fundamental para mantener vivo todo negocio alrededor del obeso: la vivencia de fracaso anticipado. 

2. El segundo, la proliferación de compulsiones o conductas adictivas como la adicción a las compras, al juego, a mantener vínculos conflictivos, adicción a las peleas. Y por supuesto, la flamante adicción al quirófano.

    

La ingenuidad y todas esas emociones que ella despierta (inseguridad, necesidad de protecciòn, estado de carencia, deseos, necesidad de destacarse, de ser distintos o vanguardistas) merece un capìtulo aparte en el negocio. 

Año tras año surgen variedad de descubrimientos dando nacimiento a servicios y productos para adelgazar. Estos servicios y productos, muchos de efectividad dudosa, son lanzados a la venta masiva y vendidos como pan caliente con la promesa de regresar a la persona a las medidas ideales en un abrir y cerrar de ojos, sugiriéndoles un maravilloso estado de placer y satisfacción Por supuesto, placer y satisfacción ideales, por lo tanto de corta vida. 

OBESIDAD Y AUTOCONCIENCIA   

Tratándose de un asunto altamente redituable, resulta imperioso abordarlo desde lo profundo, desde las bases. Vale decir, desde la conciencia de sì. 

Asì es que se ha hecho, y se sigue haciendo sistemáticamente,  un daño tremendo a la identidad de muchas personas que mordiendo el anzuelo subliminal rápidamente se convierten en consumidores febriles, en fanáticos defensores de la delgadez. 

La campañas publicitarias raramente son directas en sus recomendaciones. Y sus recomendaciones raramente son de fiar. No se hacen recomendaciones con el corazón en una campaña publicitaria, se hacen con el bolsillo.  

Tampoco una campaña se limita a los cortos publicitarios o a la publicidad gráfica. Una buena campaña publicitaria enviará sus mensajes a través de películas, noticias, menciones en libros, iniciando rumores callejeros, etc. No sería exagerado sospechar que la obesidad haya sido ideada e instalada casi con deliberación por magnates de la industria farmacéutica y la de la publicidad. La obesidad, el horror al sobrepeso son factores vitales para la permanencia de ambas industrias. 

Solo baste para ello compararnos con los humanos de épocas pasadas cuando la comunicación humana era más auténtica, menos contaminada por estrategias de comunicación o de ventas, o menos regulada por secretos tácticos en busca de la concreción de algún objetivo. Lo cierto es que hoy se hacen necesarias tácticas y estrategias para liberarse de ataduras que resultan incomprensibles y que dan origen a variedad de conductas y hábitos indeseables, por ejemplo, con la comida. 

La obesidad es un tema espinoso y oscuro para muchos. Para volver a sus formas armoniosas y retomar hábitos normales con la comida, muchas personas necesitan recuperar su independencia mental primero que nada.  A ellos va dirigido este provocativo enfoque que, entre otros recursos, incorpora secretos y herramientas de la maquinaria publicitaria para agitar las fuerzas, excitar la imaginación, estimular las ansias de progreso. Se ofrecen las bases teóricas y las prácticas necesarias para la creación concienzuda de auto-sugestiones positivas cuyo armado debe ser impecable para que resulten efectivas y consigan, sin esfuerzo adicional por parte del individuo que sufre, reavivar su  espíritu adormilado y empujarlo de regreso a una relación sana con la comida, consigo mismo y con los demás. Un programa enérgico que devuelve la energía a la persona debilitada en su conciencia de sí misma y con sus expectativas condicionadas.

A veces, de noche, enciendo la luz para no ver. 
Antonio Porchia

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