¿Obesos
de familia o familia de obesos?
(Continuación
de esta nota)
El programa
invita a explorar la magia y la fuerza que
tiene el lenguaje humano, ese conjunto de
palabras gestos y señas,
para alterar el mundo. Los progresos
se consiguen sin sufrir, aplicando las
técnicas que resultan entretenidas y
llevaderas. Cada entrega es esperada con
curiosidad y entusiasmo pues cada una de
ellas sorprende con técnicas ingeniosas,
reveladoras, fáciles y radiantes que
iluminan y sorprenden facilitando la tarea
de recuperar el vínculo saludable con uno
mismo pensándose de un modo más adecuado y
amable; y a retomar el vínculo saludable
con la comida...sin pensar en la comida.
Reconocer
hasta qué punto las porciones del lenguaje
que usamos a menudo nos sirven---
contrariamente a nuestras expectativas---,
para limitar esa mágica fuerza del
lenguaje, es dar el primer paso fundamental
para iniciarse en la práctica del lenguaje
estratégico para adelgazar. Es
avanzar hacia una manera de generar
beneficios palpables mediante la palabra y
convertir cada diálogo interior o exterior
en un acto de creación. Los ejercicios
propuestos ayudan a convertir algunas
evocaciones familiares en las más
provocativas propuestas. Y esto es
revolucionario, altamente provocador. Las
conductas acertadas brotan como
sublevaciones.
Sólo mediante la ejercitación
individual puede reconocerse el valor y la
dinámica de esta práctica y de su
filosofía. Es en la práctica y en
perspectiva como podrán valorarse el peso
de esas verdades que solo se revelan en el
trabajo personal y que siempre
asombran.
Usar la
cabeza para adelgazar, valerse
estratégicamente del lenguaje a los efectos
de mejorar la apariencia física puede
considerarse una propuesta extraña. Sin
embargo, si nos detenemos a pensar al menos
un poco, el sentido común automáticamente
confirmará que para adelgazar y mantener el
peso adecuado durante años es
imprescindible implementar ese cambio en la
conciencia que permita mantener un clima
interior óptimo de seguridad, optimismo
mientras uno se mantiene firme en la
decisión tomada. Los magníficos
resultados que se están obteniendo mediante
este enfoque emocional-mental para adelgazar
así lo demuestran.
Cuando
operamos exitosamente sobre el lenguaje
descubrimos que una abrumadora cantidad de
asuntos que solíamos considerar
hereditarios fueron realmente fruto de
conductas aprendidas o de pautas culturales
fijadas en la conciencia. Los que se
consideran "obesos de
familia", o pertenecientes a “familia
de obesos” convencidos de que la obesidad
es una enfermedad hereditaria
se deleitarán con los asombrosos
beneficios que van obteniendo a partir de
sus propios cuestionamientos. A lo
largo del entrenamiento aprenden a
desarrollar un nuevo enfoque, a cuestionarse
seriamente si heredaron la obesidad... o
si lo que heredaroon fue una manera de
pensar y de pensarse a sí mismos.
Los
auto-calificados como "obesos de
familia", o "enfermos de
obesidad", aquellos que están
enfermos de creencias que enferman, merecen
afinar a tiempo sus habilidades para hablar
"bien#, hablar con precisión,
pues del lenguaje surgen las conductas y las
expectativas que gobiernan a todo individuo.
El lenguaje modela la actitud y modela
también la conciencia que se tiene de uno
mismo. Hablar bien no consiste
en mostrarse educados, amables, y rechazar
las “malas palabras”. Todo lo contrario:
tragarse algunas palabras suele tener un
efecto nocivo. Hablar bien, en cambio, tiene
un efecto liberador, sanador. Hablar bien es
el resultado de pensar bien. Y pensar bien
siempre es beneficioso.
Hablar
bien surge como consecuencia de utilizar con
sabiduría yl sagacidad los innumerables
recursos que nos ofrece el lenguaje en todos
los idiomas a los efectos de conseguir un
proyecto. Quien habla bien refleja su poder
interior. Hablar bien es
utilizar el lenguaje total: palabra y cuerpo
con una finalidad precisa. Es utilizar de
modo estratégico los recursos de la palabra
y del cuerpo para configurar esas acciones
orientadas hacia un fin. Y para llevarlas a
cabo. Hablar bien es utilizar estos
recursos que tiene el hombre para comunicar
pero también necesita aprender a hablar
bien para pautar sus proyectos en
tiempo y forma realistas. Detectar los giros
idiomáticos que usamos todos los días y
que podrían estar frenando el progreso es
el paso previo para empezar a revertirlos y
acercarnos a nuestro propósito fijado. Este
proceso confiere energía pero necesita, a
su vez, energía emocional positiva para que
pueda ser implementado con éxito. Energías
emocionales positivas como la de la
confianza, la tolerancia, la alegría, la
diversión, el amor, etc. insufla las
conductas apropiadas para poder materializar
en el mundo de afuera cualquier idea
magnífica, cualquier proyecto que se
acaricie en la intimidad de la mente. Cuando
el individuo presenta en su sistema energía
emocional negativa (celos, miedos, dudas,
desconfianza) los proyectos magníficos se
cortan. Y cuando esto ocurre, lo mejor que
puede ocurrirle al individuo es aprender a
sanar sus emociones. Este servicio de
coaching para adelgazar ofrece orientación
respecto del correcto uso de las Flores de
Bach, los remedios para la emoción.
Con sus energías negativas neutralizadas,
el individuo puede por fin captar mejor y
actuar mejor.
Para
quienes se consideren obesos de familia, o
para quienes luchan por mantenerse
ultra-delgados y llevan una vida limitada,
los "adelgazados artificialmente"
o por medio de sacrificios que conviven con
ese terror de volver a engordar, sabiéndose
provenientes de familia de obesos, aprender
a hablar bien resulta de pronto, un alivio
inesperado. Descubren que hablar bien es un
recurso imprescindible; que les permite por
fin concebir un nuevo mundo en sus
conciencias, instaurar y adoptar un nuevo
rol en sus vidas, en sus familias y en sus
grupos de amigos. Que necesitan hablar bien
para comunicarse con soltura y libertad
consigo mismos y con su entorno.
Bien
utilizado, el lenguaje se convierte en
herramienta de cambio estructural capaz de
traer a la superficie talentos escondidos.
Quien utiliza bien el lenguaje obra como un
alquimista en su propio destino. El lenguaje
deviene así un acto de creación, un
simiente de transformación. Utilizar
correctamente los recursos que nos ofrece el
lenguaje permite descubrir por ejemplo en
los recuerdos, aspectos de nuestra
personalidad no reconocidos siquiera en
nosotros mismos; consigue transformar
nostalgias en travesuras provocativas,
permite revelar verdades que asombran y que
contienen la carga indispensable para
avanzar hacia una auténtica
transformación.
El lenguaje
establece un puente funcional entre la mente
y el cuerpo. Un puente sólido. A veces
demasiado rígido que define personalidades
rígidas, identidades que parecen
inalterables o resistentes al cambio. El
lenguaje establece un puente funcional entre
episodios olvidados pero valiosos en la
historia personal; el lenguaje recupera - o
aumenta- las expectativas, barre con
las limitaciones inventadas. El lenguaje es
un hilo conductor en el cual la palabra
permite ubicar episodios en el pasado y
puede hacer volar la mente hacia cualquier
tiempo futuro. Este servicio de
coaching enseña a articular el lenguaje de
la palabra con el lenguaje del cuerpo para
producir los efectos y las experiencias que
buscamos.
Mediante la
palabra consigo convencerme de la exactitud
de una creencia, de la exactitud de
una porción del pasado, o de la
probabilidad de un futuro inventado. Consigo
convencerme de que eso que recuerdo o eso
que espero son realidades. Conviene
comprender a tiempo el peso y valor de la
palabra enunciada y del valor de utilizarla
para mi beneficio.
Con mi palabra me reconozco, y si
aprendo a utilizarla conseguiré re-ubicarme
positivamente en el espacio-tiempo y en el
mundo de relación. El lenguaje total, ese
conjunto de gestos, palabras, señas,
postura corporal comunican, expresan,
afirman, niegan. Los seres humanos no
pueden dejar de comunicar porque la mente
humana nunca cesa de producir pensamientos
que derivarán en emociones.
Depurar el lenguaje personal a
conciencia para seguir positivamente un plan
de mejora personal implica insertar
pensamientos nuevos y más apropiados,
trazar surcos mentales más amplios que
ofrecerán siempre emociones deslumbrantes y
ampliarán la gama de actitudes acertadas.
Depurar el
lenguaje no significa convertirse en maestro
de literatura, experto en oratoria, o en
gran escritor. Tampoco significa
aumentar el vocabulario. Es usar el que
tenemos pero combinándolo de un modo que
mejora la calidad de vida interior y la
exterior. Aprender a utilizar mi
lenguaje de todos los días, ---el lenguaje
que yo manejo-- de un modo estratégico
me permitirá a mi y solo a mi producir
mejoras palpables y duraderas en mi
vida.
Este aprendizaje brinda apertura hacia
una transformación radiante de la
conciencia. No tardan en comprender los
auto-calificados "obesos de
familia" hasta qué punto
sirve el lenguaje a la producción de obesos
en tantas familias. Al cabo de un tiempo de
práctica, y observando los magníficos
resultados de este nuevo esfuerzo, el
practicante de este servicio de coaching
agradecerá a la obesidad la oportunidad que
le ha dado de conocerse a fondo, de aprender
a ayudarse a sí mismo en la emoción y en
el pensamiento de un modo que permanecerá
vivo en su conciencia resultándole de
estupenda utilidad para resolver por estas
vías simples pero poderosas, otros asuntos
en su vida.
Dice
Fernando Flores:
“Lo que somos se construye en
nuestras conversaciones históricas acerca
de nosotros mismos, incluyendo las
narrativas históricas en las cuales nacemos
sin tener conciencia de ello”
Este
programa de coaching para adelgazar enseña
a operar sobre la conciencia en busca del
cumplimiento de un objetivo adecuadamente
prefijado. Demuestra que se puede dar vuelta
la historia y asombrarse con lo que se ve;
obliga a reconocer eso que ha estado siempre
delante de los ojos pero que parecía
invisible. El sistema enseña a aprovechar
las energías transformadoras de la emoción
y del lenguaje, ese puente funcional entre
la mente y el cuerpo, para que cada
practicante a su ritmo, consiga aprender a
servirse de ellas, estructurar con
delicadeza y exactitud un medio seguro que
le facilite la tarea de desplazarse
desde lo que hoy cree que es hacia lo
que ni siquiera imagina que puede llegar a
convertirse.
Para
cruzarlo o para no cruzarlo, allí está el
puente
Antonio
Machado
Si
le interesa conocer las técnicas para
modificar esa idea que conserva de usted
mismo, o ayuda específica para optimizar su
actitud frente a la comida superando sus
contradicciones interiores, considere la
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