En
nuestra civilización ya no han de ponerse en acción los músculos
para huir de la amenaza; no necesita correr ni trepar para
escapar de la agresión. Pero el estrés proveniente del
entorno no es menor: debe convivir con crecientes índices de
contaminación del aire, el agua y el suelo, y con una cada
vez más frecuente inestabilidad familiar y competencia
laboral. Además, la drogadicción aumentó la inseguridad con
delincuentes más violentos.
El
propio trabajo sedentario es estresante, impidiendo la
actividad muscular fisiológica, y no siendo un factor menor
de estrés, potencia el resto, para contribuir a la obesidad,
constituyendo un verdadero círculo vicioso.
Aunque
algunos trastornos psicológicos causan falta de apetito, con
adelgazamiento, como ocurre con la anorexia nerviosa, el estrés
subliminal mantenido, a través de la ansiedad, lleva a un
aumento de apetito. Se trata de un fenómeno conocido como
"ansiedad oral", que está presente en muchos
obesos.
La
ansiedad, a diferencia de la angustia, traduce temor ante una
amenaza no concreta, no puntual, incierta. En cambio la
angustia surge ante un riesgo concreto y definido.
La
ansiedad a menudo se asocia con la necesidad de "llevarse
algo a la boca". Se observa en el fumador que aumenta el
consumo de cigarrillos, y al dejar de fumar aumenta de peso,
porque ingiere más alimentos.
Este
círculo vicioso se completa cuando, por el aumento de las
ingestas, sobreviene el sobrepeso: "arrastrar" las
24 horas del día una carga suplementaria, un lastre, supone
también un estrés continuado. A ello se agrega el deterioro
de la propia imagen, que incrementa la ansiedad basal e induce
a comer de modo "irrefrenable".
Los
circuitos de retroalimentación, o feed-back, pueden ser
positivos o negativos, según que el efecto generado aumente o
disminuya la causa que lo produjo.
COMUNÍQUESE
CON UCM
cercania@ucm.com.uy
José
Mazzini 2957
Atacar
la causa, no los efectos.
Para
interrumpir el círculo vicioso las medidas físicas, como
farmacológicas, no encaran la causa sino los efectos.
Bloquear la boca con alambre, achicar el estómago, o derivar
alimentos son poco "fisiológicas". Igual que las
farmacológicas, que llevan a comer y no hacer ejercicio.
Tratar
la obesidad.
Tratar
la obesidad no debería ignorar el doble objetivo principal,
de evitar una dieta hipercalórica y el sedentarismo. El médico
tratante deberá supervisar, ajustando a cada caso particular,
dieta y ejercicio físico, adaptándolos a las necesidades de
cada paciente.